San Fernando de Montecristi. Una próspera provincia llena de historia, la tierra del “chivo liniero”

Montecristi, provincia de República Dominicana, está ubicada en la región Noroeste del país, fundada por Nicolás de Ovando en 1506 y repoblada por Juan de Bolaños y 60 familias de las Islas Canarias. Años después fue despoblada por la devastaciones de Antonio de Osorio en 1606, con cuya población y la de Puerto Plata se fundó Monte Plata.

San Fernando de Montecristi es una provincia llena de historia, cultura, se trata de una ciudad próspera que atrajo a muchas personas en épocas del siglo XIX. Cuenta con una gastronomía con mucho sabor dominicano, combinada con la cocina heredada de los inmigrantes ingleses, canarios, isleños de las Antillas, españoles, chinos y estadounidenses que constantemente visitaban esta provincia y terminaban estableciéndose en ella.

Esta ciudad gozó en su época de gran auge, fue una localidad vanguardista y tuvo muchos adelantos como, por ejemplo, tuvo el primer acueducto, ferrocarril y teléfono. Se hizo más importante aún cuando lograron desviar el río Yaque del Norte en momentos que este había perdido su curso por el cataclismo del 1802.

Pero el progreso de San Fernando de Montecristi no sólo se debía a que su población fue la primera en experimentar el progreso, sino que este iba de la mano con las personalidades de negocios importantes que se radicaban allí, como la familia Jiménez, conocida en ese entonces como la casa de los Jiménez, cuyo propietario lo fue Juan Isidro Jiménez, ex presidente de la República Dominicana, junto a su hermana Emilia y su esposo Rafael Rodríguez Camargo. Esa familia encabezó el auge en el desarrollo técnico de la industria textil, lo que le permitió obtener la materia prima de nuestros suelos y campos como el campeche, y guatapanal. La actividad comercial de esta familia la completaban con la importación de pieles, cera, telas, maquinarias, lozas, zinc, zapatos, entre otras. De esta manera se abrieron las puertas de un mercado de exportación activo en este pueblo gracias a esta familia, hijos del entonces Manuel Jiménez, quien fue el segundo mandatario de la nación en el 1849.

El desarrollo de esta provincia estuvo matizado por el estreno de las locomotoras, gracias al español Antonio Espín, y la actividad comercial de la familia Rivas que llenaban de oro y dinero los puertos. Estos elementos generaron una actividad que agregaba valores puntuales a la historia de Montecristi lo que provocó que su puerto fuera considerado entre los tres primeros más activos del país.

Lamentablemente, con el paso del tiempo este imperio fue cayendo, sobre todo con la llegada al poder del dictador Ulises Heureaux (Lilís), quien derrocó a Juan Isidro Jiménez, más los problemas derivados de la primera guerra mundial.

Hoy en día la economía de Montecristi depende de la sal y el banano, productos de exportación hacia todo el mundo desde el municipio de Manzanillo donde se encuentra un muelle internacional.

¿Qué hacer, dónde ir, qué comer?…
Montecristi siempre ha gozado de tener un carnaval popular muy singular y simbólico, expresado privilegiadamente en los toros como personaje central, los que dramatizan enfrentamientos con los civiles, que se convierten en un verdadero duelo con fuetes, látigos de cabuya con rabizas entretejidas. Con esto se procura azotar o golpear al oponente logrando romperle la careta al toro o derribarlo.

Los toros lucen una máscara de lechón o cerdo llamada careta, usan trajes de colores y de material fuerte para soportar los azotes de los contrarios. Se dice que el civil que desafía a un toro en un duelo demuestra gran valentía y es aclamado por los espectadores, levantado y a gritos lo escogen como líder de los civiles por su coraje.
Montecristi lleva posee muchas tradiciones pintorescas, como es el caso del divertido “roba la gallina”, con su lema: “roba la gallina, palo con ella”.
Con todo ese ritmo de humor y bailes de pasión no es extraño que de este pueblo hayan salido los mejores bachateros y merengueros dominicanos.

Así de divertido es su carnaval, pero igual de sabrosa es su comida, caracterizada por ser variada y diversa, donde podemos encontrar como plato principal la bandera (arroz, habichuela y carne). También se hace sentir la cocina del mar y de agua dulce, como camarones, tilapias y jaibas. Y es que se trata de un pueblo pesquero que cuenta con hermosas playas, siendo la más popular la de Bolaño. Toda persona que viaje a esta zona no debe dejar de conocer la mina de sal y El Morro, la simbología más emblemática de Montecristi.

chivo linieroUna característica particular de nuestro país es que en cada región hay un plato principal que la identifica… en San Fernando de Montecristi, el plato que la hace famosa es el chivo. Lo preparan de diferentes formas, horneado, guisado y salado. Otro plato conocido en esta zona es el denominado tocino, con el que suelen hacer ricos locrios, asopado y sancocho. Un punto importante para quienes están a dieta, es que pueden cocinar la carne de chivo al vapor ya que es muy versátil por lo que es llamado en todo el país como el mejor “chivo liniero” (según cuenta la leyenda local, el chivo suele alimentarse del orégano silvestre que crece en las colinas, por eso su carne tiene un sabor muy peculiar).

Una buena tradición de cocina se acompaña con una deliciosa bebida exquisita como el maravilloso mabí inglesita, hecho de palos de bejuco indio, una bebida fermentada y espumante que refresca y sirve como diurético.

Finalmente, Montecristi es un lugar en el que puedes disfrutar bailando una contagiosa bachata, además de gozar con sus personajes como el “roba la gallina” y el látigo de los toros. Es hermosa y alta, una zona que desde lejos parece una isla que no comunica con ninguna tierra. Date una escapadita, descubre y conoce las bellezas de este encantador lugar.

COLABORACIÓN: CHEF CAROLINA ARIAS


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